3/4/07

Fundirse en un abrazo

Fundirse en un abrazo -sino es obligado- siempre es algo especial. Uno de los últimos abrazos especiales se lo di a un árbol... un árbol centenario, un gran tejo cargado de historia. No se lo di yo sólo, fue colectivo, unas cincuenta personas achuchamos con delicadeza al Texu de Abamia (Cangas de Onís).

Fue el pasado domingo al finalizar la reunión en Conceyu Abierto que se había convocado allí para pedir mayor protección a esta especie. El acto fue especial, comenzó con el Bardu Errante convocando en asturiano, sus palabras las devolvía el eco con una fuerza que certificaba la solemnidad de aquel lugar. Luego nos regaló una lámina grabada con lo que se cree que es una hoja de tejo aparecida en una cueva como primera representación del arte rupestre, que por lo general siempre representa animales. El arte, si es incómodo, confiere fuerza a las protestas.

Pero la voz que emocionaba era la de Ignacio Abella que participó presentando el conceyu. Ignacio es carpintero de profesión pero tiene en su haber algunas publicaciones que son deliciosas, la que más tiene que ver con el tema es "La Magia de los árboles" publicada por Integral. En esa obra recoge Ignacio, vecino de Colunga, una gran parte de la historia de los árboles asturianos así como la cultura de nuestros paisanos. Obviamente el tejo ocupa un lugar especial en el libro, el autor recalca que para los asturianos el texu es totémico -cosa que me recordaba Rubén el día anterior- y cercano, en otras regiones es "un árbol de monte" dice.

El lugar no podía ser más místico, antes de la construcción de la iglesia seguro que ese texu ya estaba, Pelayo reunió allí -también en Conceyu- a unos cuantos, según cuentan. De hecho cuando los vecinos hacen sextaferia encuentran huesos de los enterramientos que rodeaban al árbol, si lo piensas esto da algo de miedo pero no es más que una muestra de respeto a un lugar sagrado dónde se reunía el pueblo.

Poco a poco fueron tomando la palabra distintas personas, expresando lo que querían sobre la escasa protección a los tejos en Asturias. La situación de aquel tejo era una muestra, las obras de rehabilitación de la iglesia lo habían dejado algo tocado. Se pidió más colaboración entre las consejerías de cultura -encargada de las rehabilitaciones- y la de medio ambiente -encargada de la protección del tejo, especie declarad como protegida-, además se exgió la puesta en marcha del plan de manejo del tejo que duerme en la administración y no sé sabe muy bien por qué.

Pero cosa curioso y difícil de legislar, por eso la pedagogía nunca sobra, es sobre quien manda en el día a día de una obra porque es quien tiene en su mano respetar o no estos legados históricos y naturales... el jefe de obra es quien manda porque es el que está todos los días allí y quien decide cosas tan aparentemente intrascendentes como por dónde pasa el dumper y sin embargo son esas pequeñas cosas las que le otorgan quizás más responsabilidad que un arquitecto, que no va a diario, o una administración, que se despreocupa. Así que como no haya un grupo de vecinos concinciados y en plan pedagógico, o en último caso mosca cojonera, o los tejos y otros árboles lo tienen difícil.

Al final del conceyu se acabó por hablar de otras cosas que estaban o no relacionadas. Eso según se mire porque a mi entender de los árboles salen los libros, por los que parece van a empezar a cobrar por su préstamo en bibliotecas, y de los árboles salen también muchos instrumentos, que parece dejarán de conocerse si las intenciones de reducir las clases de música prosperan. Lo primero me parece catastrófico, debería haber muchas más bibliotecas... es la única fórmula de fomentar la lectura, y lo segundo tampoco lo entiendo porque, aunque nunca me gustó la clase de música (y eso que me encanta la música), desde los tiempos de Grecia ya constituía un pilar en la Educación. Espero que rectifiquen, tal como espero que a los tejos se les respete más.

Por cierto este par de "denuncias culturales" las mencionó una mujer y esto tiene un gran simbolismo porque en los conceyos no se permitía tomar la palabra a las mujeres excepto si eran viudas. Los tiempos cambian, también para los conceyos, y en este caso da gusto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Más información sobre Ignacio Abella en su sección en www.colungadigital.com

factoria7gritos dijo...

Gracias por la referencia :-)