22/9/08

El viejo y el mar

Acabo de terminar El viejo y el mar de Ernest Hemingway, editorial Debolsillo

Decía un personaje de Firmin que nadie había escrito como como Hemingway excepto Fitgerald una vez (supongo que se referiría a El Gran Gatsby). El viejo y el mar es una novela corta por la que el escritor gana el Premio Pulitzer justo el año antes de que le entreguen el nobel. La obra cuenta cómo Santiago, un viejo pescador cubano ya sin suerte, decide arriesgarse mar adentro y mantiene una lucha emocionante con un pez espada.

Los libros que hablan de pescadores, como El rumor del oleaje -que tengo a medias-, suelen ser muy interesantes. Los leones en las playas africanas, la admiración por DiMaggio, la historia del perdedor que se reinventa, el idealismo y su continuidad generacional, la batalla desde la admiración, la victoria pírrica... todo ingredientes de los que Hemingway dispone con su forma de escribir tan sencilla y tan importante a la vez. Al margen, claro, de la biografía del escritor... dicen que fue de los primeros en entrar en el París liberado y que en el mejor hotel de la ciudad descorcharon champán y le recibieron con un algo así como "le estábamos esperando señor Hemingway".

La tapa pone esto:

Narra la historia de un viejo pescador cubano a quien la suerte parece haber abandonado, y el desafío mayor al que se enfrenta: la batalla despiadada y sin tregua con un pez gigantesco en las aguas del golfo. Aquí Hemingway retoma, en un estilo remarcable, el clásico tema del valor ante la derrota, del triunfo personal sacado de la pérdida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente novela, coincido contigo, ya que Ernest Hemingway es uno de mis escritores preferidos. Te sugiero que leas, si no lo has hecho ya, "Por quién doblan las campanas", trata sobre la guerra civil española y fue publicada en 1940, y si puedes ver la espléndida película del mismo título, rodada en 1943 y protagonizada por Gary Cooper e Ingrid Bergman el placer será completo.

factoria7gritos dijo...

Gracias por tu comentario Benjamín. Le regalé Por quién doblan las campanas a mi padre hace un par de años, era de esos regalos interesados de ida y vuelta. La próxima vez que vaya por casa se lo "robaré". Buscaré también la película.