A Earl lo encontramos en el Market Arcade de Dublín (otro pequeño Camden), en nuestro último viaje -que en unos días contaré-. En Dublín por cierto hay una calle llamada Earl. Y lo llamamos Earl porque el muñeco representa al karma, a un karma parecido al de Me llamo Earl.
Earl es una copia de esos osos customizados de Korea o Japón que dan pie incluso a creaciones artísticas, tanto en originales como en copias. Lo divertido de Earl es esa mezcla de oriente y occidente, de cultura popular y de punto artístico un tanto irreverente. Se me parece a algún Mickey Mouse transgredido de los que había en El Gran Palais.
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