La ciudad frente a algo

Hay un señor que lleva 20 años diciendo por ahí, que Oviedo es él y que quien se enfrente a él, se enfrenta a Oviedo. Ese señor, sigue siendo aún Alcalde. [...] Vía: Cuando Oviedo te sorprende (te recomiendo comentar este post)

Una de las pocas críticas que Gallardón se permitió hacerle a Esperanza a Aguirre, en la entrevista de Gabilondo de hace días, fue discreta. Vino a decir que él hace Madrid pero no hace Madrid frente a algo, no hace Madrid frente a Barcelona por ejemplo. Y es así como se debe hacer ciudad, al menos si te importa tu ciudad. Luego la podrás hacer ciudad de una manera u otra, más progresista o más conservadora pero siempre con vocación de construir y de liderazgo.

Por contra hacer ciudad frente a algo es muy fácil, lo más fácil, y la tentación de cualquier político (en gobierno y en oposición). Construir ciudad en positivo es más complicado, hay que trabajar más y encima consensuar. Gabino, por ejemplo, sí hace Oviedo frente a algo. Frente a Gijón especialmente pero también frente Avilés si toca y, en general, frente al PSOE porque es su alternativa.

El discurso contra algo es muy fácil de elaborar pero como proyecto obtiene pocos resultados para la ciudad. Por ejemplo, si te bajas de una candidatura de consenso (y con gran apoyo social) para ser capital europea de la cultura en 2016, seguro que será más difícil ganar para la ciudad un reconocimiento internacional. Pero si eso no te importa lo más mínimo y tus intereses van más por conseguir fijar unos adversarios (que van desde Paloma hasta Zapatero, pasando por Gijón) a los que echar la culpa de un fracaso propio, entonces la candidatura interesante es la de Oviedo frente al mundo. Pocos resultados para la ciudad pero un puñado de votos aparentemente fáciles de conseguir.

¿Esto funciona? Sí, salvo que se estire mucho... El problema para Gabino es que acaba de lanzar un mensaje sin darse cuenta: no quiere que Oviedo sea la capital de Asturias, la capital de la candidatura de Asturias a ser capital europea. Quiere ser capital pero nada más que de un municipio autista, capital de su propio ombligo.

Y como la responsabilidad de apoyar a tu ciudad aunque no te guste lo que haga tu alcalde tiene un límite... veremos lo qué ocurre. Pero por lo pronto distingamos una cosa: Gabino no es Oviedo, igual que Bush -otro ombliguista- no era USA... o dejó de serlo.