14/7/10

Pensar como una monja

Ayer pasé un poco de miedo. Una monja me soltó, sin venir a cuento, un "somos campeones", mientras esperábamos a que el semáforo se pusiera en verde. Luego comentó incluso alguna jugada del partido y la mala actitud del equipo rival -"¿Cómo consienten eso?", me dijo-. Como ya sabía lo que opina Cruyff, me estaba preguntando que opinaría una monja holandesa y si será que habrían rezado menos.

El anuncio de la tele

Lo que más me asustó, es la mentalidad evangelizadora de aquellas palabras. La noche en que España se proclamó -en un ejercicio de talento, deportividad y esfuerzo- campeona del mundo en Sudáfrica, comenté que un buen experto en marketing reaccionaría rápido proponiendo un anuncio simple para expandir esa sensación ganadora y esos valores -que son frágiles pero apropiados-. La idea es muy simple, alguien que se levanta y dice ¡Buenos días campeón/a! (que suena al ¡Buenos días princesa!), va a trabajar y por el camino sonríe y saluda a un par de desconocidos "¡Hola Campeón/a!" y ya en el trabajo suelta un "Hola Campeones/as"... aplausos, sonrisas, abrazos y luego el típico mensaje de marca. Pero bueno que nadie lo copie, al menos una monja muy maja lleva ya un par de días haciendo esto.

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