1/8/10

La prohibición de la lidia de toros

Me gusta la decisión del parlamento catalán de prohibir la lidia de toros. La comparto y me alegro de que haya generado tanto debate. Así, se abre una vía de legislar este tema como lo haría un estado federal que es menos traumática para el conjunto del Estado que si se hiciese al mismo tiempo.

Las CC.AA sin afición y tradición deberíamos emprender el mismo camino que Canarias o Cataluña y para el resto propondría, de momento, la imposibilidad de asistir a menores de edad. La mejor fórmula sería hacerlo por una vía de consulta popular abierta en elecciones.

La verdad es que la definición del término lidiar no es muy amplia y obvia gran parte del sufrimiento animal: "luchar con el toro incitándolo y esquivando sus acometidas hasta darle muerte". El sufrimiento de los animales está muy extendido y hay casos mucho más graves que la lidia pero la diferencia es que ninguno de ellos se ha convertido en un espectáculo público, en una fiesta.

El debate sobre la prohibición abarca un montón de frentes, por ejemplo:

Tradición cultural
Es verdad, existe un gran arraigo cultural que la lidia de toros tiene en muchas partes de España, también en Cataluña donde se acaba de prohibir. Pero la tradición no excusa el maltrato animal público.

Arte y deporte
Es verdad, es un arte y también un deporte. Pero ¿alguien puede negarlo si ve a José Tomás en un ruedo? ¿Quién puede negarle al espectáculo semejante belleza o al torero que no sea un verdadero deportista? Pero es un arte y un deporte cruel. Y la crueldad es lo que debe negarlo como arte o como deporte. De lo contrario, si no ponemos un límite en base a esa crueldad podemos aprobar otras actividades: peleas de gallos, de perros...

El buen aficionado
Es verdad, el buen aficionado a la lidia no es un sádico, no quiere que el animal sufra y castiga al torero en ese caso. Al buen torero le ocurre lo mismo, minimiza el sufrimiento y admira al toro. Pero incluso el sufrimiento mínimo (el del buen aficionado, el del buen torero) que se muestra, en público, con un toro en la lidia no es asumible.

Ecologismo
El debate no puede ser planteado desde el punto de vista ecologista porque la solución más ecologista puede ser la lidia, por la sostenibilidad de la dehesa. Es un problema ético y moral.

Animales que viven mejor que personas
Una crítica que se hace muchas veces a los defensores de los animales es que parecen ponerse antes al servicio de la defensa de los derechos de los animales y su bienestar que de las personas. A mi me cuesta creerlo, me cuesta creer que una persona que demuestra cariño por una mascota no sea aún más sensible al sufrimiento humano. Hay mascotas que viven mejor que millones de personas, comen y tienen un techo, pero eso no implica que quienes cuidan a esos animales de compañía tengan la culpa. Al contrario creo que tiene un concepto de ética más amplio, no un concepto dirigido hacia determinados taxones.

Nacionalismo
Si somos un Estado federal, o aproximadamente federal, este tipo de decisiones pueden adoptarse sin problema en cada Comunidad Autónoma (en Canarias hace años que se prohibió la lidia de toros con el apoyo del PP y no pasó nada).

Me parece que Cataluña expresa en ocasiones cierto "egoísmo asimétrico". Pero los debates en el Parlament fueron serios. Por la parte defensora de la lidia hay quien quiso torear con senyera o quien desde el asiento trasero de un coche -sin cinturón- mostraba el toro de osborne pero han acertado, en especial, aquellos partidos que han dado libertad de voto.



¿Podría plantearse un debate así para todo el territorio?
Debate siempre ha habido con respecto a este tema. Pero es un debate casi eterno para el conjunto del territorio porque ningún partido con vocación de gobierno asumiría prohibir la lidia de toros porque ninguno (líderes, bases y votantes) tiene un criterio definido en ese sentido. Al no tenerlo el grupo de aficionados abandonaría al partido en cuestión en favor de otro indefinido (o definido para ser alternativa a sus contrarios) y con eso sería suficiente para decidir unas elecciones en favor del partido indefinido o coyunturalmente partidario.

Prohibir otros sufrimientos animales
La diferencia es el espectáculo público, a diferencia de otros sufrimientos que -por cierto- con el tiempo se minimizan también. Algunas veces los defensores de la lidia de toros se escudan en otras especies que sufren y sobre las que no existen regulaciones para justificarse. Pero entonces la solución es acabar con el resto de sufrimientos.

Problemas más importantes
¿Hay problemas más importantes? Sí. Sin ir más lejos los parlamentos, también el de Cataluña, debaten y aprueban y rechazan iniciativas sobre esos problemas. Pero eso no quiere decir que sobre otros problemas "menores" no deban pronunciarse.

En este caso además se trata de una Iniciativa Legislativa Popular, los políticos se enfrentan a una decisión sobre la que existe una demanda ciudadana (lo cual además es muy poco común).

Prohibido prohibir
Los representantes políticos tienen la legitimidad de la ciudadanía para prohibir o permitir ciertas actividades (con límites, claro, que tiene definidos: de competencias o de tipo constitucional o no). Es mejor no necesitar prohibir algo pero en este caso no existe una solución sin prohibir: o se pueden celebrar estos espectáculos o no. No se trata de que vaya quien quiera porque no es un problema de que te guste ver o no ver una actividad, es un problema de si te gusta que exista o no exista una actividad.

Referéndums, pero a la vez que se vota
Decisiones de este tipo se podrían resolver en el futuro por medio de encuesta ciudadana. Una encuesta que se puede hacer a la vez que las elecciones. Puedes ser votante del PP pero estar en contra de la lidia de toros o de ERC y a favor. Así que por qué no responder a una serie de preguntas (incorporadas por decisión de parlamentos, ayuntamientos o iniciativa popular...) sobre proyectos de todo tipo o cuestiones en las que haya que legislar en el momento de votar representantes, al igual que se hace en EE.UU. A la hora de la verdad hay que estimular la participación y los programas electorales se quedan cortos, sobre todo cuando se enfrentan a cuestiones de tipo moral.

Protestar, debatir y decisiones democráticas y legítimas
Es desagradable coger una pandereta para gritar a la puerta de una plaza "asesinos, asesinos", mientras personas (algunas que conoces -buenas personas-) entran en ella a disfrutar de un espectáculo que nunca se han cuestionado y cuyo mensaje sólo puede generarles un odio hacia esas posturas y por lo tanto ni una mínima reflexión sobre el sufrimiento animal como espectáculo. También entiendo que es difícil plantear este debate en algunas zonas en las que la afición llega al punto de que chavales quieren ser toreros igual que en otros sitios quieren ser futbolistas. Para mucha gente, buenos aficionados, la lidia de toros es moralmente muy aceptable, muy defendible, aunque desde otras posiciones nos cueste empatizar con ella. Invitaría a hacerlo hasta cierto punto porque no hay que convertir un debate en un intercambio hooligan.

Pero también hay que respetar las decisiones democráticas y legítimas. En un sentido y en otro, lo cual no significa dejar de protestar si crees que tienes razón. Protestas y debates más sosegados.

2 comentarios:

Manuel dijo...

La verdad es que a mí me gustaría que no hubiera corridas de toros. Me parece un espectáculo cruel con una simbología de otro siglo. Si es arte,no encuentro su lógica y desconozco que relación puede tener con la práctica deportiva. Esa es mi opinión personal.
Para que no haya toros, sobre todo en lugares que como Cataluña o Asturias no tienen apenas arraigo, sinceramente creo que la decisión tomada por el Parlament es la peor posible. El hecho de que provenga de una iniciativa popular la convierte en mucho más dañina para la democracia ya que alerta sobre una posibilidad de imponer criterios de mayorías sobre minorías muy poco edificantes.No estoy de acuerdo con los partidos que han dado libertad de voto a sus Diputados ( especialmente con el mío).
Creo que estrategicamente ha hecho poco bien a la causa anti taurina.
Para acabar con algo que mucha gente considera propio y arraigado hace falta sobre todo tiempo y argumentos...para eso las leyes no sirven.

factoria7gritos dijo...

Una inicitiva legislativa popular me parece interesante porque quiere decir que hay ciudadanos/as interesados por un tema pueden -al margen de partidos- llevar sus propias iniciativas a un parlamento. Es verdad que los partidos, tendrían que mirárselo porque estaban eludiendo una decisión favorable o contraria para la que había suficiente demanda. El tema tenía mucho interés pero igual no se estaban enterando.

La aplicación de la libertad de voto creo que está muy bien aplicada porque es un tema sobre el que no hay un consenso dentro de los partidos que la aplicaron (es difícil porque personas de distintas ideologías mantienen todo tipo posiciones respecto a este tema). Es verdad que también se puede aplicar una abstención en ese caso o que quizás debería haber una posición oficial pero en este caso es difícil (es verdad que por una cuestión práctica: evitar posibles oportunismos de partidos contrarios o divisiones propias). A mi me parece que lo mejor es preguntar al ciudadano por una serie de cosas en el moemnto de las votaciones (locales y autonómicas) pero esto no es posible de momento.

La lidia de toros está en un mal momento y eso que es una actividad hipersubvencionada. Morirá en la mayoría de lugares (por ejemplo Oviedo) pero nunca desaparecerá si no se prohibe por mucho que se prolongue el debate o se ofrezcan argumentos. En algún momento y de alguna forma en concreto habrá que decidir. No puede ser un debate eterno porque nunca se podrá alcanzar consenso en un tema como este, siempre habrá alguien que lo considere propio y arraigado incluso en los lugares en los que la afición es minoritaria. Es verdad que ahora habrá cierta polarización, cierto oportunismo político y alguna recuperación de la fiesta para presumir de identidad pero no creo que a medio plazo se sostenga.