Oviedo no es ciudad para carrichoches: llueve a menudo, hay muchas cuestas y las aceras no están preparadas. Pese a ello hay muchos carricoches por las calles.
Cuando se habla de la bicicleta en la ciudad, el mito recurrente es que Oviedo no es ciudad para bicis: llueve a menudo, hay muchas cuestas y las vías no están preparadas. Es el enfoque de la bici mola pero en otras condiciones o solo para el ocio y claro que no sirve para el transporte cotidiano... ¡supone tanto esfuerzo!
Pero los carricoches se utilizan para el transporte cotidiano y vaya si ¡suponen esfuerzo! Vaya si fastidia una cuesta o que se ponga a llover, cualquiera en ese momento cambiaría el esfuerzo de empujar un carricoche por el de simplemente pedalear.
El esfuerzo mínimo de pedalear es inferior o similar al caminar (incluso en las cuestas) pero acorta los tiempos de desplazamiento. La diferencia es que el carricoche tiene poca alternativa y la bici tiene el coche.
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1 comentario:
De ahí la importancia del urbanismo de género, del diseño de las ciudades con perspectiva de género.
Vale que ya hay muchos varones, afortunadamente, que empujan carricoches y que tenemos que pelear para que sean más, tantos como nosotras, pero, a la vez que peleamos por eso, hay que tener en cuenta quién mayoritariamente empuja esos carritos y pensar en ello a la hora de diseñar o rediseñar nuestras ciudades.
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