6/4/11

Vacaciones en paz 2011

Vacaciones en paz
Hace unos días que se publicita el programa de acogida de niños y niñas saharauis en las vacaciones de verano. Me gustaría contribuir a la difusión y hablar un poco de mi, nuestra, experiencia personal en la acogida (que comenzó en 2009, así que este será el tercer año con el mismo niño) para animar, sobre todo, a quien pueda tener dudas.

Por lo general, cuando tomamos la decisión de acoger a, en nuestro caso, un niño a todo el mundo le pareció admirable: algo tan bueno, tan solidario... Después, al comentario, seguía una autojustificación no pedida. Yo no podría porque... y una serie de razones convincentes sobre las ocupaciones personales, la economía personal, los vínculos emocionales... Todas reales. Aunque si -de verdad- quieres, puedes. Y esto va dirigido a quién de verdad quiere y se lo está pensando (porque, si no quieres, hay otras formas de colaborar).

Algunos mitos:
  • No acojo porque es un gasto. Aunque a diferencia de otras CC.AA en Asturias no hay que pagar el viaje de idea y vuelta de los niños y las niñas desde el campamento, da igual es un gasto (ropa, comida, ocio...). Pero ese "donde caben dos caben tres" es también cierto y no sólo porque ahora lo diga IKEA. La prueba, no me pareció ver muchas familias de ingresos altos entre las de acogida, al contrario. Será porque siempre que das recibes mucho más a cambio.
  • No acojo porque le voy a coger cariño y luego me da pena cuando marche. Claro, lo insano sería que no se lo cogieras. Pero ¿cómo se puede ser tan egoísta? ¿no será peor que pasen el verano a más de 50º? Eso sí que es tenerles cariño. Además, cuando luego el niño/a se va, se va feliz porque vuelve con sus padres, con su familia, con sus amigos. Este es el argumento más flojo de todos (a mi me parece miserable), me recuerda al de donar sangre: es que tengo miedo, es que las agujas, es que...
  • No acojo porque no tengo tiempo. Todas las personas disponemos del mismo tiempo sólo que priorizamos unas cosas sobre otras y también es verdad que, por circunstancias, no todas las personas tenemos las mismas responsabilidades y obligaciones. Nuestra experiencia es que trabajando mucho y con muchas ocupaciones de distinto tipo se puede traer a un niño/a saharaui un par de meses, siempre que logres una mínima ayuda por parte de quienes te rodean. Es complicado pero no es imposible.
  • No acojo porque no es de mi religión o no es de mi cultura. Ver en esto un problema y no una oportunidad para conocer otras culturas y religiones es desde luego para recomendar no traerle. Si es así disfruta de tu mundo, supuestamente, uniforme.
  • No acojo porque no podré ir de vacaciones al extranjero. Es verdad, no puedes salir de España o viajar en avión con el niño/a. Aprovecha para descubrir algún lugar en la España peninsular al que tenías ganas de viajar y no conoces o al que siempre te gusta volver. Deja las vacaciones en el extranjero para otras fechas (que además son más asequibles).
  • No sé cuidar a niños/as. Sí, hay gente que considera esto una tarea muy difícil y si a ti también te lo parece te recomiendo el libro El club de las malas madres de Lucía Etxebarría.


Puedes acoger por muchas razones y debes conocer los inconvenientes que no suelen ser insalvables. Te cuento otro más, la primera semana puede ser muy dura. Los/as niños/as tienen sus caprichos, el resto nuestras rutinas y manías, si a eso le sumas la cultura, el idioma y otros factores que lo complican, pues puede ser así: complicado, muy complicado. La primera semana la habría querido rebobinar y arrancado el cartel de aquellas vacaciones en "paz" para que no lo cogiera nadie. ¿Quién me mandaría simpatizar con esta causa perdida? Pensaba. Esta claro que ahora pienso lo contrario.

En aquel momento, llamamos al teléfono de la Asociación de Amigos del Sahara que ponía en el cartel comentando, me acuerdo, "trabajamos los dos y no tenemos hijos ¿podemos acoger?". Pensarían que éramos tontos por suerte no nos lo dijeron así, nos contestó alguien comentando su caso personal que era mucho más complejo.

Por último, consejo fundamental: organizar horarios, poner de acuerdo a familia y amigos en actividades de todo tipo. Busca ayuda, ya sabes eso del "solo no puedes, con amigos sí". Lo mejor es que funciona. Hay gente que no podía acoger (o que no quería) pero que nos ayudó mucho, al final es como si hubieran acogido porque sin su ayuda no hubiéramos podido.

Más información: Programa Vacaciones en Paz (en la parte izquierda está disponible la ficha de acogida 2011).

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