2/2/13

¿Qué tal un sector público cooperativista?


Asturias no tiene ni de lejos la cultura y la experiencia cooperativista de Mondragón, que surge allí por una serie de condiciones únicas (y personas). Pero sí tenemos cierta trayectoria que representa, por ejemplo, ASATA o la existencia de una legislación autonómica específica.

Las cooperativas son un modelo comercial muy sostenible, que resiste a las deslocalizaciones y que está basado en la solidaridad y la autoregulación. Lo ideal para aguantar cualquier crisis y más si el entorno es también solidario (si una cooperativa no va bien y otra cercana se solidariza como ocurre en el ejemplo de Mondragón).

Por eso, parece bastante razonable que las administraciones públicas apoyen el cooperativismo como parte fundamental de su labor de promoción económica y de creación de empleo. Y, esto, no ocurre. Pero aún hay más...

No tiene sentido que empresas que la ciudadanía sostiene (las empresas y otras entidades públicas), se rijan por criterios idénticos a cualquier empresa privada y más si los resultados económicos no son buenos y acaban con el despido de las personas que trabajan allí.

Así que antes de ponerse a reconvertir el sector público -que implica el despido de muchas personas-, aprovechemos las pocas ventajas que nos dan estos malos momentos para cambiar el rumbo. Hay que ser valientes ¿Qué tal un sector público cooperativista?

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