18/6/07

Aplastamiento de las gotas

Los últimos días fueron un tanto extraños, se me ocurrían varias cosas que comentar aquí pero no encontraba tiempo, lo más normal es que sea al revés. La tarde del sábado despertó las musas de la forma más inusual, leyendo un libro técnico de consulta que tenía que revisar para elaborar un trabajo -claro está- voluntario. En el libro, que no tengo delante pero que se titula Ecología y Desarrollo Sostenible (Editorial Pearson, 2000), revisé en profundidad el apartado dedicado al agua y es curioso que un libro de estas características pueda recrear con sencillez y algo de género de aventuras (igual eran imaginaciones mías, seguro) el ciclo del agua.

A pesar de que cualquier niño entiende con facilidad el ciclo hidrológico, creo que en el sistema educativo no se explican las cosas con la suficiente carga emotiva y además se transfieren conocimientos casi siempre de forma descontextualizada o lejana. El ciclo del agua emotivo: pensar que cualquier gota de agua, que es gota porque sus enlaces de hidrógeno se rompen continuamente, viajó seguro a través de varios series vivos. El ciclo del agua contextualizado: 1000 millones de personas sin acceso al agua potable y miles de niños muertos por "simples" diarreas. El ciclo del agua cercano: la fijación en construir un pantano en un Parque Natural como Redes.

Si no entendemos bien como funcionan las cosas estaremos en manos de magos, decía alguien hace poco refiriéndose a los ordenadores pero vale para todo. Descubrir cómo funcionan parece que acaba con la magia, pero en realidad sólo acaba con esos magos rebajados a meros prestidigitadores... la magia perdura: ¿hay algo más mágico, por ejemplo, que entender el ciclo del agua en toda su dimensión? La verdad es que abarcar todas las áreas de conocimiento es impensable pero especializarse es una condena; los responsables del sistema educativo deberían empezar a pensar en estas cuestiones, los profesores también salvo las honrosas excepciones.



Hablaba antes de las musas, que Picasso sólo encontraba por el trabajo. A otro genio, Cortázar -no sé de que forma- le acompañaban también siempre. A su lado comunicar algo parece, y es, un ejercicio inútil. Uno de mis poemas preferidos es este titulado "Aplastamiento de las gotas" que encabeza el post y que también pongo en su versión texto pero que recomiendo escuchar aunque sólo sea por oír esa preciosa ere (por cierto "r" se puede escribir bien así) que da de comer a tantos logopedas pero que en este escritor suena preciosa.

Adiós gotas. Adiós.

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