27/6/07

El 'boom' de la vivienda para proteger el medio ambiente

Aunque todo apunta a que la burbuja inmobiliaria se está desinflando todavía queda mucho partido por jugar, y es posible que ahora se juegue en los lugares más vírgenes. Asturias es uno de esos lugares, Greenpeace confirma que la costa es la menos urbanizada de Espana pero advierte al mismo tiempo que hay peligrosos planes de construcción.

Una de las razones del respeto a la costa asturiana ha sido sin duda un instrumento legal para su preservación denominado el POLA (Plan Territorial Especial de Ordenación del Litoral de Asturias), que no deja de tener muchos defectos pero que ha ayudado un poco a resolver (y cito al propio plan) "la dialéctica utilización-preservación del litoral". Otra, sin duda, el tradicional descuelgue del turismo asturiano frente al del resto de comunidades Autónomas de la España Verde. Y como trasfondo, seguro, las malas comunicaciones que había sin una autovía -la cantábrica- que vertebrase la región.

En la presión sobre la costa, que el POLA no alcanza a resolver del todo, las otras variables ya no pueden corregirse. La autovía del cantábrico ya está casi acabada y el error de hacerla por el litoral, vertebrando la región a medias en vez de equilibrarla si la hubiesen metido por el interior, no se puede corregir y, por otra parte, a nadie le cabe en la cabeza plantear un receso del turismo cuando el desarrollo económico casi nos impone avanzar en esa dirección. Llegados a este punto y ante los temores fundados de las organizaciones ecologistas sólo cabe fortalecer los instrumentos legales que impidan hipotecar la costa y cometer errores de rentabilidad a corto plazo, si, pero de difícil solución.

La apuesta es hacer un análisis detallado y huir de las generalizaciones porque lo que ocurre es que generalizar también en la protección del medio ambiente puede ser contraproducente para la propia protección. Se me ocurren dos casos, la oposición tajante a todo proyecto de campo de golf o el establecimiento de una cuota de tan sólo el 10% en nuevas construcciones (la propuesta la hace Greenpeace para los municipios costeros pero ya se ha valora para todos los municipios en general).

Un campo de golf en Asturias no tiene porque ser malo per se, pues para empezar cuesta menos mantenerlo que en Valencia porque aquí llueve más. Lo que si es verdad es que tanto aquí como en Valencia un campo de golf no puede comprometer el suministro de agua (en Asturias ya está por debajo de la curva de garantía) y tampoco tiene porque comprometer un espacio natural notable o favorecer un entramado urbanístico exagerado. La inmensa mayoría de los campos proyectados en Asturias (17) no son razonables, es cierto, pero habrá que estudiar los pocos casos que puedan ser beneficiosos: para conservar el medio ambiente tiene que haber ingresos y cubrir una extensa área sin urbanizar con un prado inmenso de campo de golf igual no es tan mala solución conservacionista además tampoco los establecimientos hoteleros tienen que ser al uso puede enfocarse por la vía del turismo rural o de paradores.

En cuanto a las viviendas, un 10% en general es una cifra muy razonable pero chocamos con un problema, el despoblamiento rural. En los núcleos pequeños un 10% puede suponer sólo una vivienda más y con una familia más no se frena el abandono de un núcleo rural aunque es verdad que mucho menos se frena construyendo viviendas destinadas a segundo domicilio. Vale que tanto para unos fines como para otros se pueden restaurar las viviendas que existen pero es más caro que construir y eso en el caso de que se pudiese encontrar alguna vivienda abandonada en venta -la mayoría de las viviendas abandonadas no están en venta-. Solución, favorecer la construcción de viviendas de protección oficial y sociales porque por ley los compradores tiene que residir en ellas, que más da que se supere este 10% propuesto si con ello se mantienen vivos núcleos rurales abocados al abandono. No hay nada peor para el medio ambiente que el despoblamiento rural, se observa rápidamente en el deterioro del paisaje.

Es verdad que frenar este despoblamiento es más necesario el el sur de la región que en el norte dónde se encuentra el litoral (por aquello de que la autovía no nos equilibró) y que de alguna manera hay que favorecer también que las casas deshabitadas entren en el mercado pero quizás con el POLA de base y con la colaboración de los colectivos ecologistas puedan elaborarse con más detalle las líneas de actuación necesarias. La solución fácil es decir que cada municipio lo gestione según su criterio, como mejor conocedor de lo local, pero veo dos contras. Uno es que que se pierde la visión global y otro que la corrupción municipal es tan evidente ya, que la mayoría de las veces que ni siquiera se paga en las urnas. Para mi la fórmula es como mínimo CC.AA + Ayuntamientos + Movimiento ecologista. Para aplicar esa fórmula todos debemos abandonar ciertos prejuicios. Como yo me encuadro en el último sumando espero haber empezado dando ejemplo.

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