9/7/07

Sitcoms

Uno de mis sueños es vivir en una sitcom, en una comedia de situación. A cada gracia una carcajada sonora, masiva y anónima. En cierta medida ya vivo, sin esa carcajada estimulante pero con bajo presupuesto, tal como decía la norma de toda serie de 24 minutos. El caso es que la realidad cotidiana se me antoja como un castigo por haber abusado de la televisión en la infancia.

Mis series preferidas eran El gran héroe americano, El equipo A y Macgyver. Series que vistas hoy son realmente cutres pero de todas aprendí algo: para volar te tienen que dar el traje los marcianos, los negros tienen un pronto terrible pero buen corazón y las navajas suizas son muy completas (no dejan de ser generalizaciones y por ello odiosas pero bueno... aprendemos a base de tópicos).

Ahora ya no es tan interesante, hay más cadenas, hasta está youtube y el nivel de las series es terrible (y encima las hacen más largas). Con tanta pasta de Hollywood desviada a la rentabilidad televisa cuentan con los mejores guionistas: series buenas y pelis malas. Aunque lo pongan difícil y prefiera las sitcoms me mantengo al nivel de vivir reflejado en una serie (pero no gracias a mi).

No puedo entrar en detalles porque los blogs, por mucho que se diga, no son diarios personales y no se puede escribir con total libertad ni siquiera sobre las cosas más divertidas. Pero cualquier episodio de Mujeres desesperadas palidece en comparación con un día de trabajo normal, soy el único hombre entre un abanico multigeneracional de mujeres: "lo que aprendes", me dicen. Es verdad, aprendo y también me río muchísimo. Luego depende de con que gente me junte, acabo en El ala oeste de la Casa Blanca, nuestro gabinete es un poco más mundano pero los debates son más apasionados y más aprovechables en el mundo libre. La cosa no cambia las pocas veces que comparto tertulia con ciertas amistades, situaciones como Me llamo Earl son posibles y A dos metros bajo tierra ya está superada en comentarios originales.

Aunque mi último episodio significativo transcurrió en Anatomía de Grey, con un grupo de profesionales de la enfermería, la Grey de esta realidad paralela me comentaba "pero ¿Cómo que Anatomía de Grey? si ya casi no hablamos del curro ni de la puntuación semanal que tiene la bolsa de trabajo", "pues por eso" contesté.

Apenas veo la tele (no sigo ni de lejos estas series que cito) pero vi tanta de pequeño que merezco esa sitcom con risas, o al menos que me pase lo que al niño protagonista de aquella serie que en su vida diaria irrumpían flashbacks con imágenes de películas clásicas.

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