2/4/07

La réplica de nuestros orígenes

Desde hace pocos días ya se puede visitar el Parque de la Prehistoria de Teverga, una instalación impresionante que basa su éxito en el interés del hombre actual por conocer sus propios orígenes.

A los que nos gusta lo auténtico, ver una copia nos parece frío pero es cierto que en este caso las copias son perfectas, despiertan el interés por el original y en algunos casos, por restricciones razonables, es lo más cerca que podríamos estar de las cuevas reales -como es el caso de algún yacimiento cerrado al público-.

Además de conocer las réplicas de galerías no abiertas al público, o de acceso muy limitado, el otro principal atractivo del Parque de la Prehistoria de Teverga es el entorno paisajístico y el delicioso trabajo arquitectónico de sus edificios semienterrados. Además un gran acierto de la instalación es la visita guiada, el parque gana entonces la pasión que le faltan a los textos impresos en las paredes.

No obstante, con el ánimo de contribuir a su mejora, está bien comentar que falla en algunas cuestiones básicas. En futuras fases del proyecto deberían corregirse. Hay dos muy notables, la ausencia de un salón de actos que permita a Teverga organizar sus eventos más destacados allí y la ausencia de textos explicativos en otros idiomas. Jean Clottes ya apuntaba la necesidad de disponer varios idiomas en los textos y es que más allá del interés pedagógico -que debería ser el que prime en una instalación así-, la verdad es que por puro egoísmo hay que hacerlo: Los turistas extranjeros gastan en España una media de 94 euros diarios.

Es cierto que existen visitas guiadas en otros idiomas pero el visitante extranjero tiene que tener al posibilidad de participar en el museo en las mismas condiciones que el resto. No es necesario duplicar o triplicar los textos de los paneles en la exposición (por cierto quizás esté demasiado sobrecargado de texto) basta con poner al estilo de los grandes museos franceses tabloides -portátiles- de consulta.

También creo que se debería mimar más el entorno natural: caminos, cierres, encauzamiento de los arroyos... Otro defecto del museo es la escasa contextualización del hombre primitivo, en una muy breve referencia casi se salta del mono a los primeros artistas.

De la exposición "Orígenes. Cinco hitos de la evolución humana", (instalada durante estas fechas por la Fundación de la Caixa en Oviedo) sobre el hombre primitivo se puede tomar nota de dos cosas, la contextualización (ahí se cita el arte rupestre tan bien como se debería citar en el Parque de Teverga la evolución humana) y los elementos interactivos, sobre todo a los niños hay que dejarles cosas que tocar dentro del propio museo. Es cierto que el parque va a tener una área muy interesante para los niños pero quizás deberían disfrutar de la visita con los mayores (en este sentido el Museo de la Historia Natural en Londres puede ser inspirador). También llama la atención el contraste en las réplicas, las réplicas de esta exposición itinerante de la Caixa son buenas pero nada que ver con las del Parque de la Prehistoria que se intuyen perfectas y detalladas al milímetro.

La visita es ideal si tienes curiosidad en los orígenes de la humanidad, te gusta el arte, quieres abrir nuevos horizontes a tus destinos turísticos (la exposición te invita a conocer las cuevas más destacadas), disfrutas de la arquitectura más innovadora o simplemente quieres encontrar un lugar agradable para el paseo.

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